martes, 16 de junio de 2009

vos y el minuto

Te dedico este minuto de mis manos. Te lo dedico porque estabas ahí desde el inicio, porque me prometiste tanto, por besar mis labios, por recordar mi piel, por abrir tu mente, tu puerta, tu ser. Te lo dedico porque escuchas sin paciencia y te desesperas, por tu inmadurez, por la mía, por ser vos, porque cuando no entendía, vos hacías que pensara en otra cosa, en tu familia, en el ruido de la puerta, en el otro, en el porque, en el techo, en “acuéstate en mi hombro y duerme”, en ti, en la agonía mía y después tuya. Lástima, se me acabo el minuto.

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